
El pasado sábado tuve el placer de ver al cantautor Luis Eduardo Aute, al que tengo una gran admiración por sus múltiples facetas artísticas, pero principalmente por su música y su pintura. Asistí sola, por eso pude observar a mi alrededor la gente que asistía al igual que yo, ilusionada por ver actuar en directo al gran maestro. Pude ver que la gran mayoria de la gente estaba en la franja de los 50 - 60 años.
No me extrañó mucho porque estoy acostumbrada a ver el mismo panorama, incluso edades más avanzadas en los concierto de Joan Manuel Serrat. Pero me dió por pensar.
Serrat y Aute, cantautores de corazón como los hay pocos, de la misma generación, que llenan sus canciones de mensajes, historias que consiguen hacer soñar, volar, disfrutar e imaginar al público, canciones importantes por su letra más que por su música.
Ahora comparo un concierto de Serrat con el de "Dos pájaros de un tiro", Serrat y Sabina juntos, y la franja de edad oscila más, encontrando adolescentes y gente joven. Sabina mueve mucha gente, al igual que Serrat, pero Sabina tiene un estilo más agresivo, más "moderno. ¿Por el simple hecho de tener más ritmo en sus canciones atrae más a los jóvenes? ¿Es que nos hemos etiquetado como la generación insensible que solamente quiere buena música, y si la letra es bonita, pues mejor?
Para gustos los colores, pero veo que la colectivización gana claramente al individualismo, hay un equilibrio demasiado negativo para el individup. Personalmente, me siento realmente triste por tal pérdida.
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